Cuando el abuelo Pep inauguró el Terramar en 1933, pescadores y vecinos de Palafrugell compartían en su taberna la caída del sol. Hoy, al atardecer y con el mar en calma, la luz que tiñe de encanto nuestras vistas no ha cambiado. Y te ofrecemos, con todo el calor de nuestro servicio, la playa de Llafranc como tu hogar.